El alimento imprescindible
◆ DIETÉTICA Y NUTRICIÓN ◆
EL ALIMENTO IMPRESCINDIBLE
Cuando se habla de nutrición, en ocasiones sale el tema de los alimentos imprescindibles. Sobre todo por parte de profesionales desactualizados o de aficionados (no tan) enterados en el tema, a veces uno escucha comentarios sobre cómo la carne o los lácteos son imprescindibles para una alimentación saludable, y, para variar, no es una afirmación correcta.
Fuente: FotoshopTofs (Pixabay)
Como ya he dicho en alguna ocasión, ni la leche, ni la carne, ni los huevos, ni el pan, ni una fruta en concreto, ni los frutos secos son imprescindibles para una alimentación saludable. Y por lo general, los mensajes que dicen lo contrario vienen o de intereses económicos o de fuentes desactualizadas. Son los nutrientes los que son imprescindibles, y por suerte podemos obtener todos de múltiples fuentes. El único alimento imprescindible es la leche materna (o la fórmula de sustitución en su defecto). Cualquier otro alimento es sustituible, y es tan simple de probar como recordar que existen las alergias y las intolerancias alimentarias.
“¡La leche es imprescindible para lograr un correcto aporte de calcio!”
¿Y entonces qué pasa con las personas intolerantes a la leche? Es cierto que existen leches sin lactosa, pero es un producto relativamente moderno en los supermercados.
¿Y con los alérgicos a las proteínas de la leche? La leche sin lactosa ya no aplica en estas circunstancias, y a día de hoy no se comercializa leche sin proteína de leche porque sería casi como vender azúcar sin azúcar.
Además, el consumo de leche es algo propio de Occidente. ¿Qué pasa en países donde no hay cultura de tomar lácteos? En los países asiáticos el índice de intolerancia a la lactosa suele ser muy elevado, incluso superior al 80-90 % de la población, lo cual es normal, ya que en el humano la capacidad de digerir la leche sólo permanece con su consumo habitual. En todos estos países la gente vive sin ningún problema aunque apenas tomen lácteos.
¿Qué por qué es interesante la leche? Sobre todo, por su aporte de calcio (por supuesto, contiene otros nutrientes interesantes, pero el calcio es el que más se destaca).
Entre otras funciones (interviene en la transmisión nerviosa, en la contracción muscular, etc.), el calcio es un componente fundamental de los huesos, por lo que la salud ósea depende en gran medida de su consumo, pero no únicamente. Para mantener una salud ósea, además de consumir una cantidad apropiada de calcio es importante realizar ejercicio de forma regular, obtener la suficiente cantidad de vitamina D (además de en alimentos grasos, recuerdo que esta vitamina podemos sintetizarla gracias a la exposición a la luz solar) y evitar ciertos hábitos como el tabaquismo o el alcoholismo que pueden acelerar o causar la aparición de patologías óseas como la osteoporosis.
Pero si nos centramos en el calcio, podemos obtenerlo de otras fuentes, como frutos secos (sobre todo almendras y avellanas), legumbres (destacando la soja y los garbanzos), hojas verdes son los más característicos (acelgas y espinacas) y algunas verduras como la coliflor.
“¡La mejor proteína es la de la carne!”
Este tema tiene su miga, porque es cierto que la proteína de origen animal (esto incluye la de los huevos), en términos de composición, es muy completa. Contiene todos los aminoácidos esenciales (moléculas que no podemos sintetizar por nuestra cuenta y son imprescindibles para el correcto funcionamiento de nuestro organismo), cosa que otros alimentos ricos en proteínas (cereales y legumbres salvo algunas excepciones) no.
¿Es imprescindible la carne? No. Porque los aminoácidos que faltan en las legumbres están en los cereales y viceversa. Y raro es el caso en el que no se acompañe un plato de judías o lentejas con pan o arroz. Además, existen excepciones, como los garbanzos, las judías y la soja, que contienen todos los aminoácidos o prácticamente todos, por lo que usar la excusa de la proteína de la carne para afirmar que es imprescindible es, sin más, falsa.
Una dieta vegana o vegetariana puede tener sus dificultades (cuanto más restrictiva sea una dieta, más cuidado hay que tener con ella), pero desde luego la proteína no supone ningún problema.
“¡Si no te comes las espinacas, no crecerás sano!”
Quien dice espinacas, dice brócoli, dice cebolla, etc. Lejos de desalentar a consumir verdura (actualmente comemos mucha menos de la que deberíamos), lo que quiero dejar claro aquí con esta amenaza que nos debería sonar a todos es que lo importante no es comer absolutamente toda la verdura existente habida y por haber, sino que lo importante es comer en cantidad y en variedad.
Como ya expliqué en la entrada “¿Qué es exactamente una dieta saludable?”, la base de nuestra alimentación debe centrarse en los productos vegetales (verduras, hortalizas, legumbres, frutas y cereales integrales), y por suerte hay una variedad inmensa entre la que escoger. Si no te gusta una verdura en concreto, puedes obviarla, y no pasará nada. Una vez más, lo imprescindible son los nutrientes, no un alimento en concreto. Aunque siempre es recomendable intentar ampliar nuestro repertorio culinario para aprender más formas de cocinar un determinado ingrediente, que puede hacer que se vuelva mucho más agradable o que incluso nos llegue a gustar.
Podría seguir con varios ejemplos más: hay quien se empeña también en forzar los frutos secos (que son muy saludables y recomendables, pero por fortuna no imprescindibles) o el pescado, por ejemplo. Pero creo que la idea ha quedado clara: NO hay ningún alimento imprescindible.



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